miércoles, 9 de abril de 2014

8.

 Hay días en los que abro la ventana de mi habitación, no del todo, tan solo unos centímetros. No lo hago para sofocar el calor, ahuyentar un olor desagradable o para que una mosca escape, no. A decir verdad, lo hago para sentirme mejor. Parecerá curioso, e incluso puede que raro, pero dejar que ese ruido se cuele en forma de música por mi ventana me recuerda que el mundo gira y, lo más importante, que yo pertenezco a él. 

Otros días, en cambio, me permitía una taza de nostalgia abriendo la ventana de par en par para observar con detenimiento el patio de mi antiguo colegio. Una alegría me invade cada vez que veo cómo los ahora alumnos siguen jugando, corriendo y gritando como antaño yo lo hice. El rostro de alguno de ellos se me antoja familiar, pero mucho ha pasado desde la última vez que crucé el antes fatídico portón. Incluso varios de los que fueran profesores míos siguen dando clase en este no muy grande pero familiar centro. Quizá no el mejor, pero fue mi colegio, y las cosas vividas en él durante toda una década de mi vida quedaron grabadas a fuego en mi memoria.

jueves, 20 de marzo de 2014

20/3/14

 ¿Acaso te esperabas que te dejase con un simple "Felicidades" o "Y que cumplas muchos más" a eso de las 00:01 de la noche? Si era así, está claro que no me conoces muy bien. Deberías tener en cuenta que aprovecho la mínima excusa para ponerme a vomitar una parrafada sentimental sobre el folio en blanco, que está muy triste e insulso sin todas estas letras. Aunque más triste sería que no lo leyese nadie.

 Pero bueno, sea como fuese, aquí me tienes, haciendo una vez más el trabajo en el último momento. Creo que no te ha hecho falta demasiado tiempo para darte cuenta de eso, de que vivo la vida al límite en ese sentido. Aquí, viendo como el profesor de Empresa espera a que acabes tu trabajo para que el resto de la clase pueda leer el suyo. Con esa chaqueta rosa tuya tan característica. He de decirte que te imaginaba con esa puesta concretamente cuando bajaba casi corriendo desde el Cristo esta mañana, con el tiempo justo y calculado para escoltarte aunque tan solo fuese medio camino a clase.

 Seguramente pienses que me paso un poco al escribir esto, pero es mi forma de felicitarte el cumpleaños y, de alguna forma, mi regalo para el mismo. Al fin y al cabo, somos comunicadores en potencia, si no se nos da bien esto, igual deberíamos ir a Moda.

 La verdad es que, puestos a sincerarse, nos ha tocado la lotería al tenerte como compañera. Aunque no haya sido en clase donde pasamos nuestros mejores momentos. Quién me iba a decir el día del examen previo a las clases, cuando vi entrar a una BlackBerry a una mujer pegada, que los que acabaríamos como Pin y Pon seríamos ella y yo.

Gracias por estar ahí. Han sido  apenas seis meses, pero sin darme cuenta me has ayudado mucho. Cuando peor estaba, cuando lo acababa de dejar con la persona más importante de mi vida, cuando había dejado a un lado a mi mejor amiga, ahí estuviste tu. No se me olvidarán nuestras primeras conversaciones, nuestros dilemas sobre ..., tus lloreras y quejas por los trabajos de clase de Lengua, los mil y un cafés en el 26º... Se me escaparán seguro mil momentos.

Incluso me alegré tiempo después de haber llegado a discutir como lo hicimos aquella tarde, porque creo que es un síntoma de confianza y aprecio al otro.

"Me encanta, somos tan diferentes" *¿Tan diferentes a quién?* "Tan diferentes al resto de la gente" Dijiste antes de subir a tu tejado y fumar uno de los pocos, pero mejores cigarrillos de mi vida. Una vez allí insististe: "¿Te das cuenta? El resto de la gente haciendo botellón, bebiendo... y nosotros aquí tumbados" *¿Y lo cambiarías por alguna cosa?* Te pregunté- "No, por nada. ¿Y tú?" - negué con la cabeza mientras sonaba "Hey there Delilah" y tumbados sobre tu tejado veíamos caer la noche.

Por momentos de película como ese has de saber que soy un afortunado por tenerte como amiga, aunque espero no precipitarme al decirlo, y que se cuide el que se tenga a su lado. Queriendo o sin querer me has hecho olvidar lo malo de mi vida para venir tu  a ella, y eso sí que no lo voy a cambiar por nada.

Espero que aún nos queden muchas conversaciones, muchas comidas y cafés, muchos bailes de salón, de discoteca o sin razón, algún que otro cigarro que ennegrezca el pulmón y nos alegre el corazón.

Vales mucho...abuela. ...                "Y que cumplas muchos más"

De un filósofo a una filósofa/ De un medio hombre a una media mujer/ ... De un amigo a una amiga

miércoles, 19 de febrero de 2014

7.

 En días como este en el que el sol inunda todo el techo, me pregunto si el verano no estará en medio de este febrero. Y llega luego julio y como si nada, deseando ya septiembre. Sin querer el mes de enero por su interminable cuesta o el caluroso agosto porque me lo paso en la ciudad. Viene junio con los exámenes para los que en mayo hay que estudiar. Pero qué frío está noviembre sin que octubre lo pudiese remediar; una gripe, tres días en cama y otra vuelta a empezar. Oh diciembre, entrañable y familiar; junto con marzo o abril, Semana Santa y a rezar.

Cualquier momento es bueno para soñar pero, entre sueño y sueño, procura disfrutar. De esa brizna de aire que acaricia tu rostro cuando miras hacia el mar. De un paseo sin la prisa de llegar a algún lugar. De un café sin motivo alguno, tan solo para hablar, de las cosas del día a día y sin nada que importar. De un abrazo o una mano que guíen el caminar, que sean tu fuerza y tu ventura, sean tus pasos al andar.

jueves, 30 de enero de 2014

5.

Lo doloroso no es morir, sino hacerlo sin haber vivido intensamente. Consigue la vida que quieres, no la que los demás te hagan tener. Eres dueño de cada paso a delante, de cada escalón hasta tu cima, pero recuerda que, a veces, las huellas te ayudan a no tropezar de nuevo. Disfruta cada momento, vive en el presente, al fin y al cabo es lo único que de verdad existe.

6.

Cada una de las palabras 
que empujaban el puñal de la traición;
afilada plata, destino directo
en el fondo del corazón.

Empeñado en infierno en tierra
por creer la mentira que no existió.
Agoniza la locura mientras alega
motivos de desesperación.

Noche nueva y sin dormir;
condenado a repetir,
pago por cada momento
desperdiciado junto a ti.

Otra taza de anestesia
para antes de marchar.
Dese prisa, camarero,
o me hará mirar atrás.

miércoles, 29 de enero de 2014

Miedo

Para empezar, diré que es el final. No es un final feliz, tan sólo es un final, pero parece ser que ya no hay vuelta atrás.
Sólo te di diamantes de carbón. Rompí tu mundo en dos, rompí tu corazón, y ahora tu mundo está burlándose de mí.
Miedo, de quererte sin quererlo, de encontrarte de repente, de no verte nunca más.
Oigo tu voz, siempre antes de dormir. Me acuesto junto a ti, y aunque no estás aquí, en esta oscuridad la claridad eres tú.

Y aquí en el infierno, oigo tu voz. 

M-Clan - Miedo

A Cristofer

Bueno, hoy me toca la difícil tarea de escribir para una persona en concreto. Ya me vale, acostumbrado a intentar agradar a una afición entera cada fin de semana y cuando se trata de una sola persona los recuerdos me secuestran las palabras.

Para los que no lo sepáis, hace menos de un año que le conozco. Han pasado muchas cosas, es cierto, pero fue el pasado abril cuando, en un intento por conocer a los acompañantes de un posible viaje a la tierra del pescaito frito, acabé encontrándome a un grupo de personas que me llevan acompañando más tiempo del entonces pensado en otro viaje aún más largo e imprevisible como es el de la vida.

Él fue y sigue siendo una de esas personas. Quizá no nos hemos visto todas las veces que hemos querido en estos meses, pero han sido suficientes para pasar unos momentos que más que agradables se convierten en memorables. Y esque, bajo esa gorra, esos pendientes, esa barba de tipo duro, ese gusto por Lil Wayne y el basket, por no hablar del fútbol, claro está, se esconde una persona que ningún espejo se esperaría reflejar. Su personalidad cercana hace que te sientas reconfortado en su compañía, depositando confianza en ti y haciendo que confíes en él, ayudándote con una atención y sinceridad envidiables en los momentos malos y transformando cada buen momento en el mejor.

Podría pararme a contar cada anécdota que compartimos en todas nuestras quedadas, ya sea solos o con el grupo, pero de poco iba a servir si no tenéis la oportunidad y placer de conocerle, ya que deberíais observarlo vosotros mismos.

Dejaré mil palabras en el tintero a las que pondré punto final con un tirón de orejas la próxima vez que te vea. Muy feliz cumpleaños, amigo. Disfruta de tu día, con su correspondiente celebración la semana que viene, y que nada ni nadie se molesten en estropeártelo.

Yes muy grande, Cristofer.

martes, 28 de enero de 2014

Ser o no ser

"Ser o no ser, he aquí la cuestión. ¿Que es más elevado para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra el piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas? 

Morir..., dormir; no más ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y al los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible! ¡Morir... dormir, tal vez soñar! ¡Si, ahí está el obstáculo! Pues es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevivir en ese sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida. ¡Esta es la reflexión que da tan larga vida al infortunio!

Pues ¿Quién soportaría: los ultrajes y desdenes del mundo, los agravios del opresor, las afrentas del soberbio, los tormentos del amor desairado, la tardanza de la ley, las insolencias del poder y los desdenes que el paciente mérito recibe del hombre indigno, Cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete? ¿Quién querría llevar tales cargas, Gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, sino fuera por: Temor a algo tras la muerte, la ignorada región de cuyos confines ningún viajero retorna."

Hamlet (soliloquio), William Shakespeare


Foto: "Ser o no ser, he aquí la cuestión. ¿Que es más elevado para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra el piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas? 

Morir..., dormir; no más ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y al los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible! ¡Morir... dormir, tal vez soñar! ¡Si, ahí está el obstáculo! Pues es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevivir en ese sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida. ¡Esta es la reflexión que da tan larga vida al infortunio!

 Pues ¿Quién soportaría: los ultrajes y desdenes del mundo, los agravios del opresor, las afrentas del soberbio, los tormentos del amor desairado, la tardanza de la ley, las insolencias del poder y los desdenes que el paciente mérito recibe del hombre indigno, Cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete? ¿Quién querría llevar tales cargas, Gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, sino fuera por: Temor a algo tras la muerte, la ignorada región de cuyos confines ningún viajero retorna."

Hamlet (soliloquio), William Shakespeare

sábado, 25 de enero de 2014

"La ventana"

LA VENTANA

Taciturno. Asqueado de portadas,
realidades de ficción.
El problema no es la calle,
pero sí su decisión.

Las patadas de la vida
el viejo me las advirtió.
Penitente de sonrisas,
vagabundo sin opción.

Es difícil escribir,
sobre todo para uno mismo.
Un tonto busca consuelo,
pero le pesa el pesimismo.

Puede que la razón
esté sobrevalorada.
Puede que la verdad
duerma hoy sobre mí almohada.


Promesas incumplidas,
palabras inservibles,
saliva malgastada
y una prosa inaccesible.

La soledad y la pereza
han sido mi signo y cruz.
Nací con ambas puestas,
Y ellas serán mi ataúd.

¿Y qué tal si me retiro
al rincón del no pensar,
en el que el menos entendido
tiene todas las de ganar.

Limpiar cada mal recuerdo,
cada ápice y, al fin,
olvidar todo lo hecho,
o quizá tan solo a mí.




Y cada atisbo de alegría
que antes se antojó eterno,
se ha perdido entre las sombras
que nos ha dejado el invierno.

Vivo lejos de mí mismo.
Paro, pienso, observo la caída.
Del precipicio al abismo
hay solamente una vida.

Si quizá pienso que doy
la mitad de lo que exijo.
Si el cielo se vuelve gris,
pienso en lo que el viejo dijo:

Aprovecha este momento,
no lo dejes escapar.
El tiempo de lamentarse
aún está por llegar.”


domingo, 5 de enero de 2014

Cumple de Noah

Hoy cumple 2 añitos el mejor ahijado del mundo. El peque de la familia, el príncipe de la casa, el cabellos de oro de la casa...Noah.

Quién me iba a decir hace dos años que alguien tan pequeño te podía dar tantas alegrías. Y es que, cada vez que ves la sonrisa traviesa que esboza nada más verte, te olvidas por un momento de todo lo demás y te dedicas a disfrutar cada momento con él: ya sea dándole de comer, jugando un rato,... o cambiándole un pañal.

Sin darnos cuenta vas creciendo poco a poco, cada vez pronuncias mejor mi nombre y eso es una desventaja tremenda para que me llames y darte la paga. Ya queda menos para que saque buenos consejos de todas las experiencias que me van tocando vivir e intentar ayudarte con ellos, pero mientras tanto, el mayor consejo que te puedo dar es el siguiente: No crezcas nunca.

Muchas felicidades, pequeño Thor!
Te quiere, "paino"

sábado, 4 de enero de 2014

4.

Este viaje es un regalo, disfrútalo. 

Disfrútalo con los acompañantes que quieras. Disfrútalo con tu familia, que siempre estará ahí. Disfrútalo con tus colegas, esos con los que tantas fiestas has celebrado. Disfrútalo con tus amigos, los de verdad, los que te han hecho llorar, reír y soñar. Los que siempre han estado ahí en lo malo y lo peor, que para lo bueno no hace falta ser llamado. Disfrútalo con tu pareja, quien te conoce, quien, con tan sólo una mirada, adivina tu estado de ánimo. Esa persona que con un pequeño gesto te da un gran día. Esa que no es circunstancial, es única.

Querido lector, disfruta tu viaje como quieras, pero nunca viajes solo. Nunca sabes cuándo te quedarás sin gasolina

jueves, 2 de enero de 2014

2.

Ahora llega el frenesí,
llegan ganas de vivir.
Vuelvo ahora a descubrir
todo eso que escondí.

Momentos fugaces
que sin gloria pasaron.
Pequeños detalles
que nunca importaron.

Cobra todo relevancia
en un maravilloso instante,
mezclando los sabores
que se habían perdido antes.

Guardo bajo llave
todas las lamentaciones
y abro ahora la puerta
a un nuevo mundo de emociones

miércoles, 1 de enero de 2014

1.

Había olvidado ya las noches de invierno. Cómo te sumergían entre su neblina. Cómo te dejaban sólo por la calle, con la única compañía de tus pensamientos. El eterno camino a casa se antojaba odioso entonces, contrastando con las ganas de encerrarse y evadirse de lo que fuera desolaba segundos antes.

Un buen libro y una taza de café eran mi excusa perfecta para entrar en fase de aislamiento. Sentía cómo las páginas me envolvían como si de una manta se tratara. Ellas no me reprochaban nada, únicamente me ofrecían un entretenimiento durante un rato. Nada más. Suena bien, ¿no? Una típica forma de combatir el frío en cada nuevo invierno.

Aunque…no siempre había sido así. El paisaje nunca había sido tan desolador como ahora se antojaba. Las calles no estaban tan solas, ni bajo las heladas más frías. Oh no, ya lo creo que no. Y nunca antes había necesitado arroparme de tal forma bajo la literatura.

Tiempo atrás, una mano había acompañado cada uno de los interminables caminos que recorren esta ciudad marchita por el tiempo. Una mano antaño conocida, cálida y lisa que buscaba sin despegarse un sitio bajo el que soportar la incesante lluvia que acompaña a los cada vez más hundidos en la rutina habitantes de esta villa. Una sonrisa dio color a cada gris rincón de cada calle. Su perfume impregnó rincones que se han convertido en únicos. Me apuesto la cordura a que aún siguen ahí mismo, dejando su aroma levitar junto a la orilla.

Ahora suena esa canción, la misma que antes carecía de sentido para dar paso a otras que parecían más importantes. Ahora, tarde ya, todo cobra su explicación.

Y, finalmente, ha vuelto a llegar esa etapa cíclica. Esa rutina y repetición de la que tanto huíamos cae ahora sobre mi día a día. La ciudad ya no es la misma. Puede que, con el tiempo, ella y yo ya no seamos los mismos. Puede ser. Pero una cosa está segura, nosotros seguiremos como siempre, cogidos de la mano y dando luz a cada momento aún en la distancia.