LA
VENTANA
Taciturno.
Asqueado de portadas,
realidades
de ficción.
El
problema no es la calle,
pero
sí su decisión.
Las
patadas de la vida
el
viejo me las advirtió.
Penitente
de sonrisas,
vagabundo
sin opción.
Es
difícil escribir,
sobre
todo para uno mismo.
Un
tonto busca consuelo,
pero
le pesa el pesimismo.
Puede
que la razón
esté
sobrevalorada.
Puede
que la verdad
duerma
hoy sobre mí almohada.
Promesas
incumplidas,
palabras
inservibles,
saliva
malgastada
y
una prosa inaccesible.
La
soledad y la pereza
han
sido mi signo y cruz.
Nací
con ambas puestas,
Y
ellas serán mi ataúd.
¿Y
qué tal si me retiro
al
rincón del no pensar,
en
el que el menos entendido
tiene
todas las de ganar.
Limpiar
cada mal recuerdo,
cada
ápice y, al fin,
olvidar
todo lo hecho,
o
quizá tan solo a mí.
Y
cada atisbo de alegría
que
antes se antojó eterno,
se
ha perdido entre las sombras
que
nos ha dejado el invierno.
Vivo
lejos de mí mismo.
Paro,
pienso, observo la caída.
Del
precipicio al abismo
hay
solamente una vida.
Si
quizá pienso que doy
la
mitad de lo que exijo.
Si
el cielo se vuelve gris,
pienso
en lo que el viejo dijo:
“Aprovecha
este momento,
no
lo dejes escapar.
El
tiempo de lamentarse
aún
está por llegar.”
Muy bien Guaje!
ResponderEliminarNacho
Muy bien hijo!
ResponderEliminarAhora te queda hacer una para la clase
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